Formación de Agentes de Salud en Alto Rio Solimões. Foto: Sesai/Ministerio de Salud Brasil
Durante la pandemia de COVID-19, entre 2020 y 2021, las comunidades indígenas amazónicas, en general, desempeñaron un papel destacado en la adopción de medidas de seguridad para prevenir el contagio, así como en el intercambio de sus conocimientos tradicionales entre ellas. Durante el primer año de la pandemia, las plantas medicinales fueron ampliamente utilizadas y fundamentales para el tratamiento de los síntomas. Además, muchas comunidades desarrollaron protocolos de control y prevención en las comunidades, además de adoptar medidas de restricción de la circulación. Aun así, la población también recurría a la medicina convencional cuando tenía acceso a ella.
En cuanto a las vacunas, algunos países tuvieron una cobertura de vacunación elevada, como es el caso de Brasil, mientras que otros, como Bolivia o Surinam, no alcanzaron una buena cobertura de la población vacunada. Según informes de líderes indígenas, el mayor problema para la baja cobertura no fue la disponibilidad de inmunizadores, sino la falta de comunicación fluida y efectiva y la circulación de noticias falsas que desalientan a la población a vacunarse.
La pandemia de COVID-19 dejó al descubierto debilidades institucionales en mayor o menor grado en todos los países, no sólo en relación con la comunicación con las comunidades indígenas, sino también por la falta de datos institucionalizados y precisos para la toma de decisiones a nivel comunitario y municipal. Por ejemplo, no fue posible obtener información precisa de muchas de las comunidades indígenas de las zonas de estudio, lo que dificultó una mejor visión del desarrollo de COVID-19 a nivel local.
Otro factor agravante está relacionado con las precarias condiciones de vida de muchas comunidades indígenas de la región. Debido a la insuficiencia de los servicios básicos de abastecimiento de agua potable y alcantarillado, las medidas profilácticas para hacer frente al COVID-19, como la limpieza ambiental y el lavado de manos, se vieron obstaculizadas. En términos organizativos y políticos, muchas de las decisiones tomadas estaban centralizadas y además sin tener en cuenta la heterogeneidad de los niveles de educación de la población y su acceso a los servicios sanitarios. Debido a la gran desigualdad social existente, los mensajes y las decisiones tomadas a nivel central no generaron respuestas eficaces.
Es importante destacar que las poblaciones indígenas estudiadas son más vulnerables al COVID-19 por algunas razones: (a) baja disponibilidad de atención en Unidades de Cuidados Intensivos (UCIs), y la consecuente larga distancia que debe recorrer el paciente en casos que demandan tratamientos de alta complejidad; (b) alta movilidad de la población; (c) presencia de actividades con alto impacto ambiental y muchas de ellas ilegales, como la minería; (d) falta de acceso a infraestructuras adecuadas y precarias condiciones de vida de algunos grupos; (e) elevada diversidad cultural que implica la no utilización de la lengua oficial del país como lengua materna y (f) poblaciones más susceptibles a la mortalidad por enfermedades infecciosas, especialmente los pueblos en aislamiento y contacto inicial.
Observe no mapa interativo do Módulo Povos Indígenas, onde se localizam os territórios indígenas na região amazônica e observe as regiões fronteiriças estudadas pelos consultores da OTCA:
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